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17 enero, 2011

Pero de repente ocurre, algo se acciona y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar y, es ahí cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez.

Las apuestas para que ganase iban cero a cien. Todo el mundo me decía que no lo intentase, que estaba loca, que en los cuentos de hadas no hay princesas feas. Ella era todo lo que un hombre pueda desear y yo un error con mil y un defectos, ella era una bella flor de primavera y yo una basta enredadera con espinas que dejan marca y hacen daño.. Pero yo pensaba: El corazón no entiende cuando la pasión lo asalta y, es capaz de lograr lo imposible sin miedo a nada. Yo aposté por mi misma, corrí sin rumbo y descalza encima de cristales, jugué a saltar sin cuerda desde un puente encima de una autopista.. Y después de mucho tiempo me di cuenta de que en el amor no hay ojos, no se oye ni se saborean ácidos amargos. Soñé con que podía volar y tocar el cielo aun sin tener alas, que te tenia cada madrugada. Alguien me dijo que el corazón no miente, pero solo si es de verdad lo que sientes. Pero aun así, si el amor aparece de repente, no se piensa con la mente, pero entonces no seria amor. Sigue siendo un cuento de hadas, en el que la fea pierde y la guapa gana, aun así sigo soñando que soy yo la que gana.Quiero preguntarte, ¿Has estado alguna vez a punto de tocar el cielo? yo si y, cree me, no hay nada peor que quedarse a las puertas de la entrada sin tener otra oportunidad.

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